Las Actitudes en A.A. por el Padre Ralph pfau











"Nota de AHAA : La siguiente información relacionada con el padre Ralph Pfau ha sido facilitada por Danilo Ernesto, que dice ser un A.A. de el pais de los padrinos, El Salvador, el primer pais de habla hispana donde llegó el mensaje de vida de A.A. Quiero darle las gracias a Danilo por la valiosa información que a modo de regalo nos está compartiendo. Se irá exponiendo todo el regalo de Danilo en forma de mensajes y se podrá chequear en su totalidad en "El Rincón de Danilo
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ACTITUDES EN A.A.



Tomado del libro “Más Allá de la Sobriedad”


Del padre Pfau

Tomado del Libro

"Mas Allá de la Sobriedad”

del Padre Pfau

Había una vez un forastero que se encontraba perdido, y al ver a un campesino cerca del campo, se detuvo y le pregunté en qué camino se hallaba.

—No sé —le contesté el campesino distraídamente.

—Bueno, ¿a dónde va a dar? ---preguntó el forastero.

—No lo sé ---repitió el campesino.

---¿Cuál es el nombre de la población más cercana? —nuevamente inquirió el forastero.

-—No sé ——replicó el campesino.

—Realmente eres- tonto, ¿verdad'? -—Dijo exasperado el forastero.

---Tal vez lo sea ---musitó el campesino. --- ¡Pero no estoy perdido!


Una de las cosas más importantes, al hacer los preparativos de un viaje en automóvil, es averiguar cuáles son los mejores caminos que puedan llevarnos a nuestro destino. Si no estamos seguros de nuestro camino, si no estamos seguros de nuestra dirección, si nos aventuramos a conducir en una carretera sin llevar una guía, correremos el riesgo de encontrarnos en el mismo predicamento que el forastero del pequeño relato citado.


El forastero sabía cuál era su destino, pero, al perder la orientación y el camino adecuado, se extravió. No se desencaminó por haber dejado de moverse, sino por marchar por el camino equivocado.

Apliquemos este concepto al programa de A.A. Muchos individuos se “pierden” en el camino de A.A. porque tratan de seguir las indicaciones inadecuadas. Practican el programa de A.A. para su propia destrucción, no porque no sean activos en A.A., sino porque han adquirido voluntaria o inconscientemente, un punto de vista equivocado con respecto a A.A., ya sea en lo general, o en relación con algunos de sus puntos. En otras palabras, están en el camino equivocado porque están trabajando con actitudes erróneas.

Por Io regular encontramos tres clases de A.A.’s -3 actitudes generales— que a su vez nos dan al A.A. bueno, al malo y al indiferente. En Ia primera de estas categorías tenemos miembros que han adquiridlo una ACTITUD COMPLETAMENTE ESPIRITUAL hacia el programa, y todas las actividades de A.A. y sus vidas están reguladas y dirigidas por valores espirituales. Para ellos, la prosperidad material, etc., son solo cosas secundarias y aún dependientes de la voluntad de Dios, quien para ellos se ha convertido en su "guía para el camino”. Nunca tienen recaídas. Son aquellos que muestran en todos sus actos, en sus semblantes, en todas sus palabras, paz, satisfacción, serenidad. Son los que hacen mucho, pero calladamente. Son los que han experimentado la "expulsión de la compulsión por beber”_

Para ellos, el licor ya no es un problema ni una tentación ———ni siquiera un tema que merezcaejo mucha meditación. Son los hombres y mujeres VERDADERAMENTE ESPIRITUALES. Y ls de ser hoscos, retraídos y solitarios, son los verdaderos pilares de cada grupo de A.A.

Son los que han adquirido una ACTITUD COMPLETAMENTE ESPIRITUAL.

La segunda categoría de A. A.’s corresponde a los indiferentes.

Son los que piensan en términos de "mitad y mitad" —UNA ACTITUD EN PARTE ESPIRITUAL Y EN PARTE MATERIAL. Son los que tienen una actitud espiritual respecto a algunas fases de A.A. y en relación con sus vidas, pero todavía en muchos aspectos colocan los VALORES MATERIALES por encima de los valores espirituales.

Son victimas, una y otra vez, de Ia sobrada racionalización "hay que ser práctico". Realmente nunca se han tomado el tiempo para pensar en el camino definitivo, y se desvían, porque los pavimentos "parecen muy parejos". Con frecuencia son victimas de la situación de andar como "trompos chilladores” -con la obsesión de beber, resentimientos, etc., etc., porque con mas o menos frecuencia buscan con determinación las mejoras materiales, y terminan en un estado conflictivo. Muchos recaen, muchos permanecen sobrios -—pero ninguno de ellos llega a conocer el significado de la serenidad. Afortunadamente muchos de ellos adquieren la actitud espiritual y se dan cuenta de la primacía de lo espiritual a base de golpes. En esta categoría se encuentra la mayoría de A.A.’s.

En la tercera clase encontramos a los miembros de A.A. ---si es que puede llamárseles así--- que tienen una ACTITUD COMPLETAMENTE MATERIAL. Son los individuos que niegan a Dios, los hombres y mujeres que no creen en el aspecto espiritual, los súbditos de “Primer Paso”. Han llegado a admitir que son alcohólicos, pero no ingobernables. Saben que el alcohol los ha derrotado, y cuanto lo odian —al hecho de “haber sido derrotados”, no al alcohol. Todos sus esfuerzos anhelos y determinaciones se encausan al progreso material, al placer material, al bienestar material. Y a pesar de ello, esperan conservarse sobrios. No lo logran. Hasta sus semanas, meses y en raros casos, años de sobriedad son una constante lucha con la bebida.

Son los “borrachos secos” --secos y muy desgraciados_ Pero por fin y a la postre llega el primer trago y tienen una recaída. Algunos regresan no sólo sobrios, sino finalmente convencidos de la primacía de lo espiritual. Muchos de ellos recaen y no regresan nunca. Podríamos decir que, de hecho, nunca estuvieron en el programa.

A menudo es difícil determinar la actitud apropiada en relación con las muchas fases del programa de A.A. La falta de comprensión a veces resulta ser un obstáculo para algunos, en su empeño de adquirir las actitudes adecuadas. Es con la esperanza de aclarar estos malos entendimientos, que tratamos de analizar las diversas actitudes equivocadas, con tanta frecuencia vistas en A.A., y luego indicar, en cada caso, lo que en nuestra humilde opinión es la actitud correcta. Se señalan como resultado de años de observación de cientos de grupos y miles de miembros