Dios me concede la serenidad para aceptar
Las cosas que yo no puedo cambiar
El valor para cambiar las cosas yo puedo
Y la sabiduría para saber la diferencia.
ORIGEN DE LA ORACIÓN DE LA SERENIDAD: UN BREVE RESUMEN
“Esta oración ha sido atribuida a casi todos los teólogos, filósofos y santos conocidos de la humanidad. En realidad, fue escrita en 1932 por el Dr. Reinhold Niebuhr del Union Theological Seminary en la ciudad de Nueva York, como final de una oración más larga. En 1934, un amigo y vecino del doctor, el Dr. Howard Robbins, le pidió permiso para usar esta parte de la oración más larga en una compilación que estaba haciendo. Ese año, apareció publicada en un libro de oraciones del Dr. Robbins.
La oración llamó la atención de uno de los primeros miembros de A.A. en 1940. La leyó en las notas necrológicas del New York Herald Tribune. Le gustó tanto que la trajo a la O.S.G. que entonces estaba en la calle Vesey, para que la leyera Bill W. Cuando Bill y el personal leyeron la breve oración, sintieron que se adecuaba particularmente a las necesidades de A.A. Se imprimieron y se distribuyeron tarjetas. De esta manera, esta simple oración se ha convertido en parte del material de A.A."
(Del Exchange Bulletin de A.A. de julio de 1961).
LA ORACIÓN DE LA SERENIDAD
“¿No hay nada nuevo bajo el sol? Bueno, quizás haya algo nuevo en el área de las cosas materiales. Telstar y las sondas lunares son nuevos. En realidad, también lo es A.A., que celebró este año su cumpleaños número veintinueve. Pero, en la vida espiritual, cuando hacemos un descubrimiento, generalmente estamos redescubriendo una vieja verdad.
Cuando la revista Grapevine informó recientemente sobre el origen de la Oración de la serenidad, (número de enero de 1950), habíamos atribuido la composición del texto al Dr. Reinhold Niebuhr, quien lo había escrito en 1932 más o menos en la forma en que aparece arriba. El Dr. Niebuhr dijo en aquel entonces que él pensaba que podría haber existido durante años, quizás siglos..."
Un miembro de A.A. nos ha enviado un recorte del Paris Herald Tribune con un artículo escrito por su corresponsal en Koblenz (Alemania Occidental). "En un lúgubre salón de un antiguo hotel, con vistas al Rin a su paso por Koblenz, enmarcado por las banderas de los regimientos Prusianos rescatadas del monumento a Tannenberg, hay una lápida inscrita con las siguientes palabras: ‘Dios concédeme el desprendimiento para aceptar las cosas que no puedo alterar; el valor para alterar las cosas que puedo; y la sabiduría para distinguir una cosa de la otra.’ Estas palabras [fueron escritas] por Friedrich Otenger, un pietista evangélico del siglo dieciocho…
No tenemos la lápida original de Koblenz en alemán. Y tenemos una tarjeta impresa que indica que la oración era la ‘oración de un soldado del siglo catorce’. Y es posible que en el futuro salga a la luz más información sobre los orígenes de la oración. Pero, no nos dejemos llevar por las investigaciones históricas; la oración es la que va a ayudarme a mí, un alcohólico.”
(Del número de noviembre de 1964 de la revista Grapevine de A.A.)