El acto de entrega en el proceso terapeutico, Harry M. Tiebout, MD Harry M. Tiebout, MD






La importancia de una actitud positiva
El acto de entrega
Historia de un Hombre
¿Qué pasó?
Descomponiendo El acto de entrega
Cualidades internas
El Desafío
La Grandiosidad
Dasafío grandiosidad en acción en el alcoholico
Circunstancias externas
La fase positiva
La diferencia entre la sumisión y la rendición
el acto de entrega al proceso terapéutico
Los diferentes actos de rendición
Reconociendo la reacción de rendición
Resistencia
Romper la resistencia
Conclusión



INTRODUCCIÓN:





La importancia de una actitud positiva




Hace un año y medio, escribí un artículo en el que hablé de un fenómeno que he denominado "conversión". En ese documento amplié el concepto de conversión para cubrir cualquier cambio importanteque se lleva a cabo desde un pensamiento negativo a uno positivo y y de forma de sentir, independientemente de que haya o no un posible componente religioso. Dos puntos se revelaron para mí importantes: primero, el hecho de que un estado de ánimo positivo pueda aparecer bajo un determinado conjunto de circunstancias, sin ayuda especial, psiquiátrica o de cualquier otro tipo, y en segundo lugar, que el nuevo estado de ánimo tenía un tono decididamente más saludable en su pensamiento y su sentimiento que antes cuando era el tono negativo el superior. Sin decirlo, yo creía entonces que el estado de ánimo positivo podía convertirse en un objetivo legítimo en el tratamiento ya que, una vez que se producía, las actitudes y las respuestas de los individuos eran mucho más saludables.




Aunque ya no creo que la terapia sea simplemente una cuestión de llegar a una relación positiva con respecto a la realidad, sigo convencido de que la creación de una actitud positiva es una de las características esenciales de cualquier programa terapéutico exitoso, y que cualquier experiencia que traiga consigo este tipo de actitud o estado mental merece un cuidadoso estudio de la luz que puede arrojar sobre el tratamiento terapeutico en general. Por lo tanto, continué mis observaciones sobre la experiencia de la conversión, y he llegado a la conclusión de que la clave para la comprensión de la experiencia de conversión se puede encontrar en el acto de entrega ( ó rendición ) que, en mi opinión, pone en marcha el interruptor de la conversión. Por tanto, mi papel consistirá en (1) una explicación del acto de entrega, y (2) un esfuerzo para relacionarlo con el proceso terapéutico en su conjunto.




Antes de seguir adelante, puede ser bueno el recapitular el contenido de mi trabajo anterior. En él he descrito cómo, con el interruptor de la conversión, muchos aspectos de las actitudes de los pacientes sufrieron alteraciones profundas y a menudo notables. He señalado cómo, de ocho formas principales, el individuo cambiaba. En lugar de repetir toda la lista de nuevo, resumeré estos cambios brevemente diciendo que la persona que ha logrado un estado de ánimo positivo ha perdido su tensión, su agresivvidad, la autoexigencia , ese estado en el que se siente aislado y en desacuerdo con el mundo , y se ha convertido en una persona relajada, natural, más realista , que ya puede habitar en el mundo sobre la base de vive y deja vivir . La diferencia entre el antes y el después de la situación de estas personas es uan diferencia muy real y representa, en mi opinión, un acontecimiento psíquico fundamental.




El acto de entrega




Con respecto al acto de entrega, permítanme hacer hincapié en este punto: es un evento inconsciente, no deseado por el paciente, incluso si él o ella realmente desea hacerlo.Esto sólo puede ocurrir cuando una persona con ciertas características mentales de manera inconsciente se ve envuelto en un determinado conjunto de circunstancias. Entonces el acto de entrega se puede preveer con bastante exactitud, como demostraré en breve. No se puede definir con terminologia de conciencia directa, sino que debe ser entendido en todas sus ramificaciones inconscientes antes de que su verdadero significado interior se puede vislumbrar. La forma más sencilla de imaginar lo que está involucrado en el acto de entrega es presentar un caso en el que hubo una experiencia de conversión que parecía seguir a un acto de entrega .




Historia de un Hombre




El paciente es un hombre de unos cincuenta años, con mucho éxito en los negocios, y al que se refieren sus socios como Napoleón, debido a sus métodos autocráticos . Durante años, consumió excesivametne alcohol hasta el punto de que se intoxicaba frecuentemente , interferiendo en alguna medida con su eficiencia, pero nunca hasta el punto en que su negocio realmente sufriera. Mi primer contacto con él fue hace unos seis o siete años cuando llegó a Blythewood a secarse. De conformidad con nuestra política de intentar poco a poco y, de vez en cuando, educar a los pacientes sobre el peligro de su situación, permitimos que este hombre se quedase sólo para la desecación, a la vez que le decíamos que, a nuestros ojos, se dirigía a problemas si continuaba en su tendencia actual. Sin poner ninguna presión sobre él, para no despertar su resistencia, colocamos los hechos ante él y le dejamos ir.




Seguimos la política de dejarlo ir y venir casi a su antojo, siempre, sin embargo, manteniendo ante él la necesidad de hacer algo con su manera de beber, y siempre hacendole evidente que nosotros no estábamos interesados ​​en " secarlo " , sino en su problema real de ayudarle a que deje la bebida. Más tarde y en retrospectiva, el paciente, al referirse a estas tácticas, dijo: "A mí me gustaba venir aquí, nunca discutías conmigo . Siempre supe exactamente cual era su postura y yo sabía que no le estaba engañando a usted de ninguna manera ".




Durante todo este tiempo, sin embargo, yo estuve trabajando en su situación de vida para en última instancia proporcionar la dinamita necesaria para sacudirle y soltarlo de su torbellino de egocentrismo. Poco a poco, su esposa renunció a ser su protectora, y antes de la fecha de este último ingreso hace casi dos años, ella había decidido dejarlo si su consumo continuaba. Por otra parte, como resultado de una conversación conmigo, su socio había decidido ,junto con varios miembros clave de la empresa, que podría presentar su dimisión si el paciente no hacía un verdadero esfuerzo para corregir su conducta




Después de un ataque particularmente grave, el paciente fue inducido nuevamente para entrar en Blythewood. Esta vez, sin embargo, le dije rotundamente que firmara el mismo por un periodo de treinta días o de lo contrario deberia irse a otro lado, estábamos con él dirigiendo su caso de una vez por todas. Parecía sorprendido, tomó su sombrero, jugueteó con él, y luego lo puso en la cabeza, diciendo: "¿Dónde está el lápiz? Iré a Hilltop donde pertenezco", en referencia a la casa donde se había secado en anterior ocasiones. En tres o cuatro días que estaba sin alcohol , seco, y pensando razonablemente bien. Posteriormente, fue informado de la decisión de su esposa y, en vez de despotricar alrededor y dejando claro donde ella podría irse, abordó por primera vez el verdadero infierno que la había hecho pasar y realmente parecía arrepentido. Al final de la primera semana, bastante preparado para el caso, el compañero le habló de las dimisiones pendientes si el mantenía el consumo , pero se complació y sorprendió de la tranquila aceptación del paciente de su decisión y del reconocimiento real de su propia voluntad para ser diferente. Pronto se unió a A.A. y ahora es un miembro activo de esta organización en su comunidad de origen. El paciente ha permanecido sobrio




¿Qué pasó?




Recientemente al examinar su experiencia el hombre de la historia explica: " Hiciste algo conmigo cuando me hiciste firmar esa carta. Sabía que hablabas en serio. Yo sabía que mi esposa estaba herida y que mi socio Bill estaba harto, pero cuando que me mostraste, con la exigencia de la firma, que tu eras engañando , eso fue un factor decisivo. sabía que necesitaba ayuda y no podía salir por mi mismo. Así que firmé la carta y me sentí mejor por el hecho de hacerlo. Me hice a la idea de que yo no iba a manejar mi propio caso por más tiempo sino que iba va a tener que aceptar órdenes. luego, más tarde hable con Chris ,( su esposa, ) y me percaté de cómo se sentía, y luego Bill se acercó y yo supe muy dentro de mi corazón que tenían razón. pero, no me importó. No me enoje ni queria discutir como solía hacerlo. Me sorprendió un poco hasta a mí mismo el hecho estar de acuerdo con ellos. seguro que era agradable no tener que luchar. me sentí más tranquilo y silencioso en el interior , como nunca antes he estado , aunque sé que no estoy fuera de peligro todavía ".




Esta es la historia de un paciente que ha pasado por una experiencia de conversión y todavía está en la fase positiva. Su propia versión de lo que pasó hace hincapié en la firma de la tarjeta de ingreso como el punto de inflexión en su experiencia, y yo también estoy convencido de que tiene razón. Podemos resumir la experiencia de este hombre al decir que después de tratar de dirigir su propio caso hacia su propia ruina, abandonó la batalla y se rindió a la necesidad de ayuda, después de lo cual entró en un nuevo estado de ánimo que le ha permitido permanecer sobrio.




Descomponiendo El acto de entrega




La experiencia de este hombre, que no se limita a los alcohólicos, plantea tres preguntas:




I. ¿Qué cualidades estaban allí en su naturaleza que siempre le ayudaron a resistir y que finalmente se vieron obligados a ceder?





¿Cuáles fueron las circunstancias que provocaron el acto final de entrega?





¿Por qué una fase positiva sigue a la experiencia de la entrega?





Mis respuestas a estas preguntas se derivan principalmente de mis estudios de alcohólicos, pero no del todo, ya que he sido testigo de rendición con una secuela típica en al menos cuatro casos entre los estudiantes de Sarah Lawrence. Espero que, a través de mi exposición en la respuesta a estas preguntas, no sólo consiga definir el acto de entrega, sino también consega darle una sensación de entidad psicológica o evento.




Cualidades internas




Para volver entonces a la primera pregunta: "¿Cuáles son las cualidades de la naturaleza de un paciente que lo hacen a él o a ella entablar semejante lucha antes de finalmente rendirse?" En el alcohólico, mis observaciones me han llevado a ver que las dos cualidades que Sillman seleccionó como características son una individualidad desafiante y la grandiosidad - pueden muy bien explicar que el alcohólico sea generalmente resistente hasta el punto de ser irracional y persistente en buscar ayuda o ser capaz de aceptar la ayuda, incluso cuando él o ella la busque.




Individualidad desafiante y grandiosidad operan en las capas inconscientes de la mente y su influencia debe entenderse si uno va a ver lo que probablemente sucede en el momento de la entrega




El desafío




Desafíar puede definirse como una cualidad que permite a un individuo el chasquear los dedos en la cara de la realidad y vivir en ella sin inmutarse. Tiene dos valores especiales para el manejo de situaciones de la vida. En primer lugar, el desafío, sin duda con los alcohólicos, es una herramienta sorprendentemente eficaz para controlar la ansiedad o la realidad, las cuales son a menudo una fuente de ansiedad. Si desafías un hecho y dices que no y triunfas, si tienes exito, al hacerlo inconscientemente, se puede beber hasta el día de la muerte, para siempre negar la inminencia de ese destino. Como un paciente lo expresó: "Mi desafío era una capa de armadura." Y de tal forma que era un escudo digno de confianza contra la verdad y todas sus presiones




En segundo lugar, el desafío se disfraza como una fuente muy real y confiable de fuerza interior y confianza en sí mismo, ya que dice en esencia, nada me puede pasar, porque puedo y lo desafíaré.




Para la gente que afronta la realidad sobre esta base, la vida es siempre una batalla y el botín va para los fuertes. Mucho se puede decir a favor del desafío como método de afrontar la vida. Es el principal recurso de la " barbilla-para arriba " y " sin temor " y,contemplado como medida temporal, ayuda a las personas en muchos momentos difíciles.




grandiosidad




La grandiosidad, la segunda cualidad observada por Sillman, penetra ampliamente en las reacciones de la persona alcohólica. A diferencia del desafío - que parece casi únicamente estructurada en la psique de la persona alcohólica - los resortes de la grandiosidad provienen del persistente yo infantil . Al igual que en otros estados neuróticos, la grandiosidad llena característicamente una persona con sentimientos de omnipotencia, de demandas de gratificación directa de los deseos y de una propensión a interpretar la frustración como evidencia de rechazo y como una falta de amor. El efecto de la persistencia en el alcohólico no es muy diferente de los efectos de cualquier otro neurótico. Tal vez en el alcohol la arrogancia típica y un sentido de valor superior, se mantienen cerca de la superficie por el desafío asociado que alimenta el ego infantil constantemente mediante su sucesión de victorias. En general, sin embargo, no hay nada en la grandiosidad del alcohólico que a él o ella le distinga de los neuróticos, cuyo ego infantil sobrevive para convertirse en un factor significativo en la vida adulta, sino que es parte del egocentrismo típico de ese grupo, y su presencia es confirmada por cualquier estudio minucioso de ellos.




Desafío y grandiosidad en acción en el alcohólico




Ahora estamos en condiciones de examinar cómo estas cualidades operan en los alcohólicos. Por un lado, el desafío dice, no es cierto que yo no pueda manejar mi manera de beber. Por el otro lado, los hechos atestiguan ruidosamente y con creciente insistencia lo contrario. Una vez más, por un lado, las grandiosidad clama, no hay nada que no pueda dominar y controlar, y por otro lado, los hechos demuestran sin lugar a dudas lo contrario. El dilema del alcohólico es ahora obvio: la mente inconsciente rechaza - a través de su capacidad de desafío y grandiosidad - lo que percibe la mente consciente. Por lo tanto, de manera realista, el individuo se asusta por su consumo de alcohol y, al mismo tiempo se impide que pueda hacer nada al respecto por la actividad inconsciente que puede , y de hecho lo hace, ignorar o anular la mente consciente.




Veamos cómo este choque entre la respuesta consciente y el inconsciente se manifiesta en el ámbito clínico. Un estímulo de la realidad, como pudiera ser un reconocimiento del patrón de descenso del consumo, incide en la mente consciente y crea ansiedad aguda que, por el momento, domina los procesos conscientes y se registra como tristeza , angustia, miedo o preocupación. El paciente, en este estado, es marcado con un deseo de dejarlo y entusiasticamente se agarra a cualquier tipo de ayuda. Él o ella está en un estado de crisis y sufrimiento.




En el ínterin, sin embargo, el estímulo de la realidad está golpeando a las capas inconscientes de la mente y está provocando las reacciones de rebeldía y la grandiosidad. Dado que, típicamente, se necesita una cierta cantidad de tiempo antes de que las respuestas inconscientes estén suficientemente movilizadas para influir en la actividad mental consciente, siempre hay un retraso apreciable antes de que la mente consciente evidencie signos de la actividad inconsciente subyacente. Luego, lentamente y poco a poco, estas actitudes sobrevienen. Los pacientes expresan menos preocupación por su consumo de alcohol, se quejan de que se precipitaron en busca de ayuda, que no son peor que nadie, y que la preocupación de los demás es tontería y una invasión gratuita de sus derechos. Por último, el recuerdo de su propio período agudo de angustia ha sido devorado por el desafío y la la grandiosidad. Así, el paciente pierde la eficacia de la ansiedad como un estímulo para crear sufrimiento y el deseo de cambio. Este ciclo continuará repitiéndose mientras el desafío y la grandiosidad continuen funcionando con un vigor intacto.




Circunstancias externas




Llegamos ahora a la segunda pregunta: "¿Cuáles fueron las circunstancias que hicieron que el paciente cediese y firmara esa carta?" Permítanme repasar por usted brevemente los hechos. Él había estado bebiendo durante años, y sabía que su consumo era cada vez peor a los ojos de su familia y amigos. Sin embargo, sabía que su condición había alcanzado el punto en que tanto su esposa y como sus socios de negocios le estaban dejando , y retirando con ello, su apoyo y protección. Fue amenazado con la tarea de administrase sí mismo , y la condicion en la que se encontraba, totalmente por su cuenta, así que buscó mi ayuda y la protección de que le secara y así permitir que él una vez más pudiera reanudar su papel de desafío exitoso y de grandiosidad. Esta vez, sin embargo, me negué a seguir mi rol anterior , no estaba dispuesto a encajar con lo que él necesitaba. Pero cuando le pedí que firmara la tarjeta, yo sabía que el resto de sus circunstancias eran diferentes y que yo representaba la única vía para él. Cuando le dije, en esencia, que él no estaba manejando ya su caso por mas tiempo , ni a mi , se eliminó por lo tanto su último apoyo. No tenía lugar para llevar a cabo su desafío y su grandiosidad, ni podía llegar a ser desafiante conmigo: alguien que representaba su última gota de esperanza y que en realidad se había consolidado como un último recurso cuando se encontraba en crisis. Así que escenificó un breve debate hacia adentro y firmó la tarjeta




En resumen, el paciente firmó la tarjeta, primero, cuando se le retiró todo el apoyo, en segundo lugar, cuando rabiosamente no pudo desafiar a los que retiraron su apoyo, porque él sabía que habían tenido paciencia y longanimidad, y tercero, cuando se encontró que necesitaba desesperadamente ayuda y ya no tenía grandiosas ideas en la recamara con las que ser capaz de beber como los no alcohólicos. No había ni desafío inconsciente ni grandiosidad almacenada con la que poder luchar. Se lamió, y el lo sabía y lo sentía.




La fase positiva




Llegamos ahora a la tercera pregunta, "¿Por qué continua la fase positiva?" En este sentido, francamente alcanzamos la especulación. Sé que la fase positiva aparece, pero no por qué. Rendirse significa el cese de la lucha, y el cese de la lucha parece lógico que debe seguir la paz interior y la tranquilidad. Este punto parece bastante obvio, pero porqué todo el sentir cambia de la sensación de negativo a positivo, sin todos los cambios concomitantes no es tan claro. Sin embargo, a pesar de mi incapacidad para explicar el fenómeno, no hay duda de que los cambios tienen lugar y que los mismos pueden ser iniciados por un acto de entrega




LA DIFERENCIA ENTRE
SUMISION Y RENDICIÓN




Un hecho que debe tenerse en cuenta es , a saber, la necesidad de distinguir entre la sumisión y la RENDICIÓN. En la sumisión, el individuo acepta la realidad concientemente, pero no inconscientemente. Él o ella acepta como un hecho que no puede en ese momento con la realidad , pero en el inconsciente esta el sentimiento de que va a venir un día en que sí podrá, lo que implica una no aceptación real y demuestra de manera concluyente que la lucha sigue . Con la sumisión, que en el mejor de los casos es un rendimiento superficial, la tensión continúa.




Cuando un individuo se rinde, la capacidad de aceptar la realidad la realidad funciona en el nivel inconsciente, y no hay nada residual de batalla; la relajación con la liberación de la tensión y del conflicto se produce. De hecho, es perfectamente posible determinar la cantidad de aceptación de la realidad que hay en el nivel inconsciente por el grado de relajación que se desarrolla. Cuanto mayor es la relajación, entonces mayor es la aceptación interna de la realidad.




Ahora podemos ser más precisos en la definición de un acto de rendición. Este debe ser visto como un momento en el cual las fuerzas inconscientes de desafío y grandiosidad realmente dejan de funcionar con eficacia. Cuando esto sucede, la persona está abierta a la realidad, él o ella puede escuchar y aprender, sin conflictos ni luchas. Él o ella es receptivo a la vida, no antagónico. La persona siente una sensación de afinidad y de unidad que se convierte en la fuente de la paz interior y la serenidad lo cual libera al individuo de la compulsión a beber. En otras palabras, un acto de rendición es una oportunidad en la que el individuo ya no combate la vida, sino que lo acepta.




Una vez definido el acto de rendición como un momento de aceptación de la realidad en el nivel inconsciente, ahora es posible definir el estado emocional de la rendición como un estado en el que hay una capacidad persistente a aceptar la realidad. En esta definición, la capacidad de aceptar la realidad no debe ser concebida en un sentido pasivo, sino en el sentido activo de que la realidad es un lugar donde se puede vivir y funcionar como una persona que reconoce sus responsabilidades y se siente libre de hacer que la realidad sea más habitable para uno mismo y para los demás. No hay sensación de "deber"; ni hay ninguna sensación de fatalismo. Con verdadera entrega inconsciente, la aceptación de lo que la realidad significa , el individuo puede trabajar en ella y con ella. El estado de la rendición es realmente positivo y creativo.




En resumen, mis observaciones me han llevado a la conclusión de que el acto de rendición es inevitablemente seguido de un estado de entrega que en realidad es el estado positivo de la imagen de la conversión. Debido a que siempre los dos han estado asociados, creo que representan un fenómeno único que señalo con el término "reacción de rendición."




RELACIÓN DEL ACTO DE ENTREGA PARA EL PROCESO TERAPÉUTICO




Habiendo, al fin puesto tan claro como pude mi uso del término "entrega", ahora debo tratar de relacionar este concepto con el proceso terapéutico. Si bien, el reconocimiento de la fuerza dinámica del evento se ha demostrado esclarecedor en muchos sentidos, ha sido de gran ayuda en la comprensión de las fluctuaciones en los estados de ánimo de los pacientes y en algunos aspectos de la terapia.




El problema del siguiente paciente adquirió un significado para mí cuando yo comprendí el hecho de que había sufrido un acto de entrega en el momento en que asistió a su primera reunión. Un hombre de unos treinta y cinco años, cuenta su historia de esta manera:




"Me lamí. Había intentado todo, y nada había funcionado. Mi esposa estaba

a punto de dejarme, mi trabajo iba a estallarme en la cara. Yo estaba desesperado cuando fui a mi primera reunión de AA. Cuando llegué allí, algo sucedió. No lo sé
ni el día de hoy, un año después , pero eché una mirada a los hombres y mujeres allí presentes y yo sabía que tenían algo que necesitaba, así que me dije a mí mismo, voy a escuchar lo que tienen que decirme. A partir de entonces, las cosas han sido diferentes. Yo voy a las reuniones, trabajo con otros borrachos, y estudio todo lo que pueda sobre el alcoholismo. Sé que soy un alcohólico, y Nunca dejo que ese hecho se me olvide ".



Ahora, si te paras a revisar el relato de este hombre, se dará cuenta de la frase, "Voy a escuchar lo que tienen que decirme." En ese comentario que se hizo a sí mismo, el paciente inicia su acto de rendición. No hablaba de boquilla de su disposición a escuchar, sino que realmente quería ayuda. No había ningún desafío o grandiosidad disponible en este momento para diluir su escucha. Él aceptaba sin reservas internas o conflicto alguno , la realidad de su condición y la necesidad de ayuda. Y, significativamente, en este punto se continúa diciendo, "A partir de entonces, las cosas han sido diferentes." Los acontecimientos posteriores indican claramente que este hombre ha experimentado el cambio típico que he llamado conversión, y desde ese momento en adelante "las cosas eran diferentes." Su esposa, al comentar sobre este cambio, dijo con emoción: "Es la cosa más extraordinaria que jamás podría imaginar. El único problema es que todavía tengo que mantener mis dedos cruzados, ya que aún no tiene ningún sentido para mí."




El paciente, sin embargo, me consultó porque "no le gustaba la forma en que iban las cosas." Con esto quería decir que estaba encontrandose a sí mismo irritable en el hogar y en los negocios , señales que su experiencia le había enseñado eran de mal agüero. Cuando le pregunté por qué dejó la bebida, él respondió que había tomado la decisión de dejar de beber por lo que lo hizo, aunque tuvo que admitir que A.A. fue útil. Un poco sorprendido por esta simple afirmación y dudandola algo, yo le acosaé con preguntas adicionales que nos mostraron la verdadera historia, que me mostraba que tenía una experiencia de rendición típica, seguida por una secuela típica positiva. Pero también me di cuenta de que el cambio no duró mucho y que, después de varios meses en los que el paciente había vivido en un estado de rendición, poco a poco volvió a sus antiguas actitudes y formas de sentir. En otras palabras, la reacción de entrega no soluciona por si sola la personalidad y por lo tanto permite el retorno de su estado anterior de la mente.





Los diferentes actos de rendición




La suerte de la reacción de rendición es de por sí un interesante estudio. Con algunos, la experiencia de rendición es el inicio del crecimiento y de la maduración genuina. Con otros, la fase de rendición es alcanzada una sola vez , por lo que nunca pierden la necesidad de asistir a las reuniones y seguir el programa asiduamente ; aparentemente el contar con los constantes recordatorios de su existencia puede suministrar el impulso necesario al sentimiento de rendición, al menos en la medida en que se refiere al alcohol . Para unos pocos, parece que se produzca un fenómeno de lo que podría llamarse la entrega selectiva. Después de que los efectos de la experiencia inicial de rendición se han desgastado, el individuo vuelve a más o menos la misma persona que él o ella era antes, excepto por el hecho de que la persona no bebe. Su entrega no es a la vida como una persona, sino al alcohol como un alcohólico. Muchas otras diferentes, sin duda, se producen, pero un estudio de cualquiera o de todas ellos sería, estoy seguro, describen el mismo hecho básico: la experiencia de rendición es seguida por una fase de pensamiento positivo y la sensación de que experimenta diversas vicisitudes antes de que se establezca de una forma u otra en la psique - o se pierde por completo, convirtiéndose en un simple recuerdo y un espejismo.




Desde el punto de vista de la terapia, el reconocimiento de la reacción de arroja una luz desafiante sobre otros muchos fenómenos clínicos que generalmente se consideran como de importancia en el proceso de mejora. Por ejemplo, en la catarsis, no es lo que se revela, sino el acto de rendición (que precedió y permitió ver la luz de la realidad ) lo que, en mi opinión, produce el resplandor característico del sentimiento de mejora. También explica su efecto temporal al igual que con la experiencia de la conversión del alcohólico. Una vez más, la frecuentemente inesperadas mejoras que se derivan de la primera entrevista , aparentemente normales, si bien pueden considerarse fenómenos de transferencia, me parecen de naturaleza más típica de "reacciones de entrega", basada en el hecho de que el cliente encuentra la entrevista apetecible, y el cliente tomo la decisión de continuar, lo que implícitamente significa "entrega, rendición", para el psiquiatra. La propia decisión de venir a un psiquiatra, a través de su significado rendición, a menudo tiene una influencia de mejorar y ciertamente explica el comentario de un paciente que dice: "Una vez que llamé a su puerta, me sentí un 75 por ciento mejor".El fenómeno de la liberación, que hace que las personas se dan cuenta de que, al perder sus vidas están encontrandose ellas, se vuelve explicable si uno ve que la rendición anterior a la sensación de liberación alcanza la lucha y hostilidad mas profunda, , permitiendo así que los elementos creativos espontáneamente se expresen.




la Resistencia




Es en la zona de la resistencia, sin embargo, en la que una comprensión de la reacción rendición arroja la luz más grandiosa en el proceso terapéutico. Regularmente, la terapia sigue adelante a trompicones. Durante un tiempo, hay un período de resistencia que se se va trabajando, lo que permite el progreso, la visión y conocimiento de las emociones de la vida inconsciente. Luego se encuentra otro punto de resistencia, y de nuevo hay que disolverlo antes de que puedan adoptarse nuevas medidas constructivas. conocer las resistencias y trabajarlas son las tareas cotidianas de la terapia.




Rompiendo las barreras de la resistencia




Mientras que antes el paciente ha estado en la resistencia total al tratamiento , difícil de llevar, llendo a ninguna parte -, de repente se produce un cambio notable, casi como el sol que estalla a través de las nubes, dando un nuevo enfoque a todo , convirtiendo lo que antes era un revoltijo confuso en algo con forma, significado y sentido. De momento, las resistencias han desaparecido y el tratamiento se procede a buen ritmo.




Nos hemos acostumbrado a decir que el paciente tiene un destello de comprensión y entendimiento que trajo claridad y una mayor conciencia de su estructura emocional individual. En realidad, si se examina el estado de la mente que se abre paso cuando la resistencia se derrite, se dará cuenta de que tiene un fuerte paralelismo con el estado positivo de la mente que un individuo puede tener después de una experiencia de conversión. De hecho, el paralelismo es tan llamativo que estoy cada vez más convencido de que los dos son idénticos. En otras palabras, ahora creo que la renuncia a la resistencia durante el tratamiento es en realidad un acto de rendición que por lo general, como en la experiencia de la conversión, es seguido por un estado de ánimo positivo, donde los elementos de resistencia ya no están presentes. Este "ceder" puede ser repentino, haciendo que el paciente para entrar en la fase positiva tan rápidamente como para producir un repentino resultado con resultados espectaculares. En general, como en el cambio de conversión, el cambio es más lento, pero la alteración está exactamente en la misma dirección.




CONCLUSIÓN




Nadie reconoce más que yo el carácter drástico de dichas observaciones. Nadie es más consciente que yo de la necesidad de fundamentar estas observaciones con material clínico. Algún día yo pueda ser capaz de apoyar más concluyentemente mi hipótesis presente con material clínico. Puedo señalar, sin embargo, que las consecuencias positivas de las llamadas "interpretaciones exitosas" no es más duradera que la fase positiva de la llamada "experiencia de conversión". Ambos son temporales, son a la vez lentamente suplantadas por una nueva generación de resistencias o sentimientos negativos. Además, ambas requieren un nuevo cambio en la mente inconsciente antes de que el acto de rendición se convierta en un estado permanente de la rendición en la que el desafío y la grandiosidad ya no plantean estragos con el ajuste, la serenidad y la capacidad de funcionar como un ser humano.





En resumen, mis estudios sobre la experiencia de la conversión me han llevado a ver que:





*Es el acto de rendición el que inicia el cambio de negativo a un comportamiento positivo.





*Se produce cuando el desafío inconsciente y grandiosidad de momento quedan totalmente impotentes por la fuerza de las circunstancias y la realidad.





*El acto de la rendición y el cambio que sigue son inseparables, ya que es seguro asumir que si no hay ningún cambio, no ha habido ninguna rendición.





*La fase positiva es realmente un estado de abandono que sigue al acto de rendición.





*En varios lugares, como en la catarsis, la denominada mejora o sentirse mejor es en realidad un estado de entrega provocada por un acto de rendición.





*El estado de la rendición, si se mantiene, proporciona un tono emocional a todo el pensamiento y sentimiento que hace asegurar un ajuste saludable.





He tratado en este documento establecer el hecho de que existe un evento psíquico tal como una rendición y que una vez que el hecho es apreciado en todas sus ramificaciones, él está dando luz a la ciencia y proporciona una base para entender mucho de lo que sucede en el proceso terapéutico.





*Posted with permission from Alcohol Research Documentation, Inc., publisher of the Quarterly Journal of Studies on Alcohol (now the Journal of Studies on Alcohol and Drugs













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