Ebby T. en su juventud
Un día de septiembre de 1934, un hombre preocupado llamado Ebby T. se encontraba ante un juez de Bennington, Vermont que le estaba reprendiendo por la borrachera que había conducido a su arresto. Se le iba a permitir volver a casa. Pero tendría que volver a la corte el lunes, después de prometer solemnemente al juez que no bebería durante el fin de semana.
Rowland H
Mientras tanto un nuevo amigo llamado Rowland H. estaba listo para presentarse ante el tribunal y hacerse responsable de Ebby. Lo que ni el juez ni Rowland sabían era que los demonios dentro de Ebby le estaban pidiendo a gritos tomarse un trago mientras el policía local le llevaba a la casa veraniega de la familia a 25 millas al norte de Manchester. Tenía guardadas en el sótano botellas de cerveza y estaba impaciente por llegar y bebérselas. Cuando el policía se marchó, Ebby corrió al sótano para poner fin a la agonía que le estaba desgarrando. Pero al empezar a destapar una botella, un arranque de culpabilidad le detuvo en seco. Había prometido al juez que no bebería y tenia que cumplir la promesa. Tras una lucha feroz,llevó las botellas a la casa de un vecino. Esto le hizo sentirse tranquilo y fue su último intento de beber en dos años y siete meses. Es posible que esta acción también fuera una de las mías grandes victorias de las historias de A.A., porque Ebby fue el hombre que transmitió al cofundador de A.A. Bill W. los principios del Grupo Oxford y la promesa de la sobriedad. Si Ebby hubiera vuelto a beber ese fin de semana, es dudoso que se hubiera presentado ante el tribunal el lunes o que el juez le hubiera dado otra oportunidad. Es poco probable que hubiera mantenido la sobriedad que le hizo posible visitar al totalmente ebrio Bill W. unos meses más tarde. A pesar de los problemas con la bebida que le sobrevinieron más tarde, Ebby fue un héroe durante esos meses de crucial importancia cuando sirvió como padrino de Bill.
Ebby, aunque no se menciona su nombre, protagoniza La
historia de Bill, que ha aparecido en todas las cuatro ediciones del Libro Grande, Alcohólicos Anónimos. Bill le describe como el viejo compañero de colegio que le llamó a finales de noviembre de 1934, cuando Bill se encontraba en una larga borrachera en su casa de Brooklyn Heights, New York. Ebby entró en la casa de Bill “fresco el cutis y radiante.” Bill nos cuenta: “Estaba sobrio. Hacía ya muchos años que él no había llegado a Nueva York en esas condiciones. Me quedé sorprendido, pues se decía
que lo habían internado por demencia alcohólica. ¿Cómo
habría logrado escapar? Claro que vendría a cenar conmigo y luego podría beber libremente con él. Sin preocuparme de su bienestar sólo pensé en revivir el espíritu de días pasados.” Ebby no había venido para beber sino para pasarle a Bill los principios que le habían enseñado Rowland H. y otros dos miembros del Grupo Oxford en Vermont. Ebby vivía ahora en la Misión de Calvario en el lado este del sur de Manhattan y se había enterado de los problemas de Bill y le estaba llevando el mensaje como los miembros del Grupo le habían recomendado que hiciera para su propio beneficio. Bill se resistió al principio, pero acabó aceptando los principios y teniendo la experiencia espiritual que le dio una nueva misión en la vida.
La historia de la recuperación de Bill y de su trabajo posterior se ha contado muchas veces en libros, charlas y artículos y en algunos relatos se le había considerado como uno de los americanos más grandes del Siglo XX. Pero Bill no lo podría haber hecho sin no hubiera tenido esa importantísima visita de Ebby. Y los A.A. que estudian la historia de la Comunidad abundan en la opinión de que Ebby fue un maravilloso y atento padrino. Ebby T., cuyo nombre era Edwin, nació en Albany, New York, en 1896 y murió en Ballston Spa, New York, en 1966.
Pasó uno de sus años de secundaria viviendo con la familia de un ministro religioso de Manchester, Vermont, donde su
familia tenía una casa de verano. Probablemente fue allí
donde conoció a Bill W. que se crió en East Dorset, siete millas al norte, y asistió a la escuela secundaria de Manchester.
Ebby siempre recordaba que Bill había sido un lanzador extraordinario en el equipo local de béisbol.
Es posible que Ebby bebiera vino en las fiestas familiares, pero se tomó su primer auténtico trago en 1915, a los 19 años, cuando entró en el bar del Hotel Ten Eyck de Albany y pidió una cerveza.
Más o menos a esa edad empezó a trabajar en el negocio familiar. Cuando cerró el negocio en 1922, se emborrachaba frecuentemente. Más tarde en la década de los 20 trabajaba en una agencia de corredores de bolsa de Albany. Bill también era agente de bolsa de Nueva York y es probable que tuvieran amigos comunes de negocios. (Ebby se enteró de los problemas cada vez peores de Bill al pasar por una oficina de agentes de bolsa.)
Bill, en su propia historia, habla de la ocasión en que Ebby y
él fletaron un avión para finalizar una parranda. Esto sucedió
en enero de 1929 cuando Bill pasó por Albany de camino a
Manchester, Vermont por tren. Ebby había estado pasando el tiempo con los pilotos del aeropuerto local y sugirió que los dos fueran en avión a Manchester, donde se iba a inaugurar un aeropuerto. Tras un peligroso vuelo por una zona montañosa, llegaron borrachos y se comportaron de manera vergonzosa ante los dignatarios locales que estaban allí para la ceremonia.
En 1932 la familia de Ebby estaba encantada de verlo trasladarse a Vermont, donde su forma de beber le ocasionó más problemas y arrestos. Estaba viviendo en la casa de verano de su familia cuando Shep C. y Cebra G., dos miembros del Grupo Oxford, lo eligieron como posible candidato para su programa. Al principio se resistió, pero se mostró mías dispuesto después de que otra borrachera le llevó ante el tribunal de Bennington, la sede administrativa del condado.
También conoció a Rowland H. que fue su guardián
temporal y le ofreció lo que hoy día en A.A. se conoce como
apadrinamiento. Después de varias semanas, Rowland se lo
llevó a Nueva York y le ayudó a encontrar alojamiento en la
Misión del Calvario. Ebby pasó el mensaje del grupo Oxford
a Bill y más tarde se instaló en la casa de Bill y Lois cuando se cerró la Misión del Calvario en 1936. En 1937 estaba de
regreso en Albany trabajando en una factoría de Ford.
Más tarde Ebby dijo que los problemas del trabajo fueron
la razón por la que volvió a beber en 1937. Su vida se convirtió en una pesadilla de borracheras seguidas de cortos períodos de sobriedad. Tenía diversos trabajos en los que tenía éxito por cortos períodos de tiempo. Por ejemplo, durante la Segunda Guerra Mundial trabajó como empleado civil de la Marina de Guerra y sus superiores le estimaban mucho. Ebby vivía meses con Bill y Lois. Bill trató de ayudar a Ebby, pero nada daba resultados. A veces Ebby andaba por las calles sin hogar. No obstante, los A.A. nunca dejaron de tratar de ayudar a Ebby y en 1953 un A.A. neoyorquino, Charlie M., le compró a Ebby un billete a Dallas para tratamiento en una clínica allí dirigida por Searcy W., un miembro pionero. Tuvo algunas dificultades al principio, pero logró su sobriedad en Texas y pasó ocho años allí. También encontró un empleo fijo que le duró varios años. El tiempo que pasó en Texas fue el mejor período de su vida adulta. Le gente agradecida le trataba como un personaje y hacía esfuerzos especiales para conocerlo u oírle hablar. Una pareja lo invitó a pasar un par de meses en su rancho ganadero cerca de Ozona, Texas, y se quedaron encantados con la visita.
Cuando estaba sobrio, Ebby era un hombre amable y simpático a quien le resultaba muy fácil hacer amigos. Regresó a los alrededores de Nueva York a fines de 1961 y vivió un rato con su hermano mayor, Ken. Mientras tanto, se veía acosado cada vez más por problemas de salud y era cada vez más claro que ya no podía vivir de forma independiente. Bill W. que siempre había ayudado a Ebby enviándole cheques de vez en cuando, nuevamente intervino para aliviar los problemas de Ebby durante sus últimos años. Estableció un fondo para el cuidado de Ebby e invitó a sus amigos a hacer contribuciones al fondo.
A principios de 1964, Bill encontró un hogar para Ebby en una granja de reposo en Galway, cerca de Saratoga Springs, New York. Bill llevó Ebby a la granja en automóvil en mayo de 1964 y lo confió al cuidado de Margaret y Mickey McP., miembros de A.A. que cuidaban a unos cuantos alcohólicos en su vivienda construida en el Siglo XIX. Para Ebby no podría haber sido mejor lugar donde pasar sus últimos años.
Acabó siendo muy popular entre los demás residentes y les impresionó mucho su capacidad para hacer los dificultosos crucigramas del New York Times. Tuvo visitas de miembros de su familia de Albany, solamente a 25 millas al sur de Galway.
Un día a fines de marzo de 1966, Ebby no pudo bajar para
desayunar. Lo llevaron a toda prisa al hospital del Ballston
Spa donde murió la mañana del 21 de marzo. La causa de su muerte fue enfisema, la misma enfermedad de la que Bill se murió cinco años más tarde. El día de su fallecimiento Ebby llevaba dos años sobrio. Bill y Lois estaban de viaje en México pero volvieron pronto para asistir al funeral en Albany.
En la muerte Ebby se reunió con miembros de su eminente
familia en Cementerio Rural de Albany. Es difícil encontrar
la tumba de Ebby en ese cementerio boscoso con sus numerosas sendas serpenteantes y empinadas, pero algunos A.A. van allí para visitarla. Estos compañeros agradecidos reconocen el papel que Ebby desempeñó al apadrinar a Bill y así dar comienzo al proceso que ha ayudado a millones de personas a lograr la sobriedad. Al igual que en las lápidas de Bill W. y el Bob, no hay mención de A.A. en la de Ebby