TERCER PASO
Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos.
UNA VEZ habiendo llegado a creer que hay un Poder Superior mas grande que nosotros mismo, no es dificil poner nuestras vidas en manos de ese Poder.
Se explicó en el Segundo Paso que como feroces individualistas
Se explicó en el segundo paso que como rudos individualistas nosotros fuimos un fracaso .. Siempre mirando hacia el futuro, nos decepcionabamos siempre cuando nuestros planes fracasaron. Es en este punto que el día a día, o el plan de veinticuatro horas viene en nuestra ayuda.
Hemos encontrado que al renunciar a la planificación, al permitir que cada día cuidará de sí mismo - y siempre lo hará - hemos sido capaces de mantenernos sobrios. No podemos controlar el futuro. El pasado está hecho y no podrá ser devuelto. Y por lo tanto por lo que si podemos hacer un buen trabajo el día de hoy vamos a hacerlo lo mejor que podamos. Empezamos el día con la decisión de permanecer sobrios por tan sólo veinticuatro horas. Le pedimos la ayuda a Dios para permanecer sobrios durante ese breve período. Y cuando termina el día agradecemos a Dios por la ayuda que nos ha dado. Y al día siguiente y el siguiente seguimos el mismo programa.
Este es el primer paso en la transformación de nuestra voluntad y nuestras vidas hacia Dios como nosotros lo concebimos. Desde este modesto comienzo nos desarrollamos hasta que encontremos que ya no somos testarudos, ya no estamos tratando de controlar nuestra vida y haciendo un trabajo penoso de la misma.
Fuente : VER
